En esta categoría, según el DSM-5, nos encontramos en la actualidad con:
Es un trastorno de la personalidad caracterizado por presentar pocas capacidades para las relaciones estrechas así como distorsiones cognitivas o perceptivas y comportamiento excéntrico. La clínica puede integrarse por síntomas tales como ideas de referencia, creencias extrañas o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y que no concuerda con las normas culturales, experiencias perceptivas inhabituales, incluidas ilusiones corporales, pensamientos y discurso extraño, suspicacia o ideas paranoides, afecto inapropiado o limitado, comportamiento o aspecto extraño, excéntrico o peculiar, ausencia de amigos íntimos o confidentes aparte de sus familiares de primer grado y ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad.
Conocido antiguamente como paranoia, se caracteriza por delirios que persisten al menos durante 1 mes sin otro síntoma de esquizofrenia. Los delirios pueden ser, principalmente, erotomaníacos, de grandiosidad, de persecución, celotípicos o somáticos.
Aparición de ideas delirantes, alucinaciones u otros síntomas psicóticos que duran al menos 1 día pero menos de 1 mes, con retorno final a la funcionalidad normal previa a la enfermedad. Por lo general suelen estar desencadenados por estrés intenso en personas susceptibles.
Se diferencia de la esquizofrenia en que los síntomas no persisten más de 6 meses
Presencia simultánea o consecutiva de síntomas de un trastorno del estado de ánimo (tales como la depresión o la manía) y de psicosis
Los síntomas psicóticos son originados por una droga, que suele ser lo más frecuente, o una medicación, y por lo general se resuelven íntegramente
Los síntomas psicóticos son originados por una enfermedad orgánica, como por ejemplo un tumor cerebral
El paciente puede presentar estupor, mutismo, catalepsia, flexibilidad cérea, negativismo, manierismos, estereotipias, agitación, ecolalia, ecopraxia, muecas o adopción activa de posturas contra la gravedad.