Esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave, de características crónicas, que afecta al 1 % de la población mundial, en la actualidad unos 21 millones de personas, afectando tanto a hombres como a mujeres, manifestándose en la mayor parte de los casos entre los 15 y los 30 años en los hombres y entre los 25 y los 35 años en las mujeres aunque suele aparecer con más frecuencia en los hombres.

 

 

La esquizofrenia supone el gran desafío para la psiquiatría, por su sintomatología, por su evolución clínica, por su elevada morbi-mortalidad, por sus incógnitas etiopatogénicas, por lo casos no infrecuentes refractarios al tratamiento, por la estigmatización y rechazo social que ocasiona todavía y contra el que es imprescindible luchar.

Causas

La esquizofrenia es el resultado de un conjunto de factores que predisponen en mayor o menor medida al paciente al desarrollo de la enfermedad, aunque las causas por las que la enfermedad se presenta o, por el contrario, no se manifiesta en determinados pacientes es todavía desconocida. Los principales factores implicados en la aparición y desarrollo de la esquizofrenia son:

Factores genéticos

La enfermedad ocurre en el 1 % de la población general, pero ocurre en el 10 % de las personas que tienen un parentesco de primer grado con alguien que tiene el trastorno, como un padre, hermano o hermana. Las personas que tienen un parentesco de segundo grado con alguien que tiene la enfermedad también desarrollan esquizofrenia con más frecuencia que la población general. El riesgo es mayor para un gemelo idéntico de una persona con esquizofrenia, en este caso, existe entre un 40 a un 65 % de posibilidad de desarrollar el trastorno. Aunque estas relaciones genéticas son fuertes, hay muchas personas con esquizofrenia que no tienen familiares con la enfermedad. Por otra parte, hay muchas personas con uno o más miembros de la familia con el trastorno, que no lo desarrollan.

 

Lo que es seguro es que no hay un solo gen en particular que cause la esquizofrenia, sino que hay muchos genes que contribuyen a un mayor riesgo de tener este trastorno y,  muy importante, no son sólo los genes los que causan el trastorno ya que debe haber una interacción entre los genes y ciertos aspectos del medio ambiente para que una persona desarrolle la esquizofrenia.

Factores perinatales

El desarrollo neuronal del feto constituye un periodo especialmente vulnerable para la génesis de la esquizofrenia. Problemas como complicaciones en el embarazo, crecimiento y desarrollo anormal del feto, complicaciones en el parto, desnutrición de la madre, infecciones en el embarazo como la gripe, rubeola y polio y la temperatura del ambiente parecen influir en la génesis de la esquizofrenia.

Factores neuroquímicos

En la esquizofrenia existe una disfunción dopaminérgica principalmente, aunque también están implicados otras monoaminas como la serotonina y la acetilcolina y otros neurotransmisores como el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico.

Factores estructurales y funcionales del cerebro

Cerca de la mitad de los pacientes presentan alteraciones en la estructura del cerebro. Estas incluyen dilatación de los ventrículos, disminución del volumen de determinadas áreas del cerebro (especialmente del lóbulo temporal, de la  formación amigdalo-hipocampal, del tálamo, de la corteza prefrontal) y una disminución global del tamaño del cerebro. No obstante, es importante resaltar que estas alteraciones no son específicas de la esquizofrenia ni todos los pacientes las presentan. Además, la mayoría de los estudios de neuroimagen funcional han señalado una disminución en la función de la corteza prefrontal en la esquizofrenia, que es la parte del cerebro que da habilidad de razonamiento.

Factores relacionados con el consumo de tóxicos y sociales

Cada vez hay una mayor evidencia de la aparición de Esquizofrenia en consumidores de cannabis. En los últimos años se ha llegado a identificar al Delta9-THC como el principio activo del cannabis con más poder para producir psicosis. Por otro lado, el riesgo de presentar esquizofrenia es mayor en aquellos que nacen o crecen en áreas urbanas. Si bien se desconoce el mecanismo etiopatogénico, se postula que sería la acción de factores biológicos y sociales más predominantes en los ambientes urbanos lo que estaría detrás de este fenómeno, actuando de forma sinérgica con la predisposición ambiental. Como candidatos potenciales encontramos la contaminación, el uso de cannabis o la exclusión social.

Para más información de las causas neurobiológicas de la esquizofrenia aconsejo la lectura del artículo “Bases neurobiológicas de la esquizofrenia” del Dr. Jerónimo Saiz Ruiz y colaboradores.

Síntomas

Podemos resumirlos en síntomas positivos (síntomas que aparecen de novo y no estaban presentes anteriormente en la persona), síntomas negativos (capacidades que poseía la persona con anterioridad y que se pierden) y síntomas cognitivos.

Síntomas positivos

Delirios (pueden ser de persecución, referencia, místico-religiosos, celotípicos, de control, etc.), alucinaciones (las más frecuentes auditivas, pero también pueden ser visuales, somáticas, olfatorias, táctiles, gustativas) y desorganización del pensamiento (manifestado diversas alteraciones del lenguaje como repetición de palabras o frases, incoherencia, disgregación, etc.) y de la conducta (inquietud o agitación psicomotora, catatonía)

Síntomas negativos

Aplanamiento afectivo, apatía, falta de interés o motivación, disminución de las conversaciones y retraimiento social

Síntomas cognitivos

Consisten en alteraciones de la atención, memoria a largo plazo, memoria de trabajo (memoria operativa), abstracción, producción y comprensión del lenguaje

Tipos de Esquizofrenia

Antes de la publicación del DSM-5 por la Asociación Americana de Psiquiatría se recogían 6 subtipos (adaptado de esquizofrenia24×7)

Esquizofrenia paranoide

La característica principal consiste en la presencia de claras ideas delirantes y alucinaciones auditivas sin excesivas alteraciones en la afectividad, en el lenguaje y sin mostrar un comportamiento catatónico asociado. Fundamentalmente, las ideas delirantes son de persecución, de perjuicio o ambas, pero también puede presentarse ideas delirantes con otra temática, aunque suelen estar organizadas alrededor de un tema coherente. También es habitual que las alucinaciones estén relacionadas con el contenido de la temática delirante. El inicio tiende a ser más tardío que en otros tipos de esquizofrenia y las características distintivas pueden ser más estables en el tiempo.

Esquizofrenia desorganizada (hebefrénica)

Las características principales del tipo desorganizado de esquizofrenia son el lenguaje desorganizado, el comportamiento desorganizado y unas alteraciones en las emociones marcadas. Puede haber ideas delirantes y alucinaciones, pero no suelen estar organizadas en torno a un tema coherente. Las características asociadas incluyen muecas, manierismos y otras rarezas del comportamiento. Habitualmente, este subtipo está asociado a un inicio temprano y a un curso continuo.

Esquizofrenia catatónica

La característica principal del tipo catatónico de esquizofrenia es una marcada alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad, actividad motora excesiva, negativismo extremo, mutismo o peculiaridades del movimiento voluntario. Aparentemente, la actividad motora excesiva carece de propósito y no está influida por estímulos externos. Puede haber desde el mantenimiento de una postura rígida en contra de cualquier intento de ser movido hasta una adopción de posturas raras o inapropiadas.

Esquizofrenia residual

El tipo residual de esquizofrenia debe utilizarse cuando ha habido al menos un episodio de esquizofrenia, pero en el cuadro clínico actual no es acusada la existencia de ideas delirantes, alucinaciones, comportamiento o un lenguaje desorganizado, sobresaliendo principalmente los síntomas negativos (aislamiento emocional, social, pobreza del lenguaje, falta de interés…).

Esquizofrenia simple

La esquizofrenia simple constituye uno de los subtipos de la esquizofrenia donde los síntomas positivos (delirios y alucinaciones) son mínimos o ausentes destacando otras alteraciones. Se caracteriza por un deterioro insidioso de las funciones mentales y del afecto emocional (inhibición psicomotriz, falta de actividad, embotamiento afectivo, pasividad y falta de iniciativa, empobrecimiento de la calidad o contenido del lenguaje, comunicación no verbal empobrecida, deterioro del aseo personal y del comportamiento social…) pero sin los síntomas positivos propios de la psicosis.

Esquizofrenia indiferenciada

Cuando una esquizofrenia no reúne los criterios de los subtipos anteriores o presenta varios de ellos se le llama indiferenciada.

Tratamiento

El tratamiento para la esquizofrenia debe ser integral y multidisciplinar, incluyendo medicación psicofarmacológica, tratamiento cognitivo-conductual, rehabilitación y corrección cognitiva, terapias basada en habilidades sociales y terapia de familia entre otras

Contra el estigma

El estigma en la esquizofrenia y en otros trastornos mentales es muy frecuente. El estigma es el prejuicio que predispone a actitudes negativas hacia la persona con trastorno mental. Implica un conjunto de creencias erróneas, actitudes de rechazo social, temor y acciones excluyentes que dificultan los procesos de recuperación y aumentan el riesgo de exclusión social y de discriminación. Esta actitud aparece también entre los familiares (que a su vez la sufren), los profesionales y los mismos afectados (autoestigma).

 

Es una obligación de los profesionales sanitarios, de los distintos gobiernos y de la población en general luchar contra la estigmatización de estos enfermos.

La Declaración de Oviedo